Textos Prescindibles

Titulo: TEXTOS  PRESCINDIBLES
Autor: Rojo
Ilustración: Antonio Luna
Diseño Portada: Antonio Luna
Origen: Guatemalteco
Estudios: Antropología  en la Universidad San Carlos de Guatemala

ORDEN DE ACATAMIENTO: PALABRAS PRESCINDIBLES PARA TEXTOS

IMPRESCINDIBLES

A simple vista, la cotidianidad es eso a lo que llegamos a acostumbrarnos y a

digerir como lo haríamos cualquier día a cualquier hora con un vaso de agua,

por ejemplo. Es un hecho que quizás, por su propia naturaleza, deja de

sorprendernos y de afectarnos, inclusive. Encierra un hábito, una repetición, un

automatismo. Sin embargo, no todo se ve con los mismos ojos ni se mide con

el mismo rasero. Hay ojos que en lugar de adecuarse prefieren indagar,

escarbar y abortar eso que quizás muchos sólo seríamos capaces de imaginar

gracias a los haces de luz que escapan a través de las rendijas. Hay ojos que

saben y entienden de rebelión. Así son los ojos de ROJO quien, con

estos sus textos prescindibles, nos demuestra que la cotidianidad —porque sus

letras flotan en ese realismo que no nos es ajeno, sino todo lo contrario—,

puede aparentar cierta mansedumbre, incluso tedio, pero él prefiere

entregárnosla envuelta en papel de regalo, adornada con imágenes bien

logradas y atrayentes, y escondiendo siempre una verdad que no tiene nada de

mansa, que nos golpea, que nos reta y que roza el desafío. Una verdad que

puede estar en la piel de un cuerpo, en la memoria del individuo que conoce su

entorno, en el día que sin saber cómo o por qué se hace noche, en la ciudad

misma como vertedero de emociones, como catalizadora de desgracias, como

generadora de escenas afiladas. He ahí el peligro. Si el lector prefiere no

mancharse las manos y continuar sonriendo en la comodidad de su escaparate,

entonces estos serán realmente prescindibles y quizás hasta innecesarios.

Pero entonces el trabajo de ROJO, el de haber prostituido su monitor, teclado

incluido, habrá quedado incompleto y mal remunerado. Su libro, prescindiendo,

no sé si voluntariamente o no, de una unidad estricta y de un rigor propiamente

académico, se nos presenta como un fiambre revelador de breves suculencias.

Por eso mismo, lanzo la invitación para que hagamos un voto de acatamiento y

no huyamos. Conocer el final de las cosas (que es común para todo ser

humano) y no decirle adiós a la cobardía, es sólo postergar lo inevitable y es

una opción desleal para quienes confiamos en que las letras de este libro nos

conducirán por un sendero ad hoc para debatirnos contra nosotros mismos.

Rafael Romero, Madrid, Septiembre de 2011

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